El multiorgasmo, ¿mito o realidad?
Sí, el multiorgasmo existe y es real
No es lo más frecuente, por eso es probable que se piense que se trata de un mito. Sin embargo, el multiorgasmo es algo real y la capacidad para poder conseguirlo la tiene todo el mundo, aunque las mujeres en mayor grado.
Pero… ¿qué es exactamente el multiorgasmo?
Para entenderlo, primero es crucial explicar qué es el orgasmo y cómo se produce.
Pues bien, el orgasmo comprende el clímax de la relación sexual, es decir, es la última de las fases de la respuesta sexual humana. Cuando nuestro cuerpo lo alcanza experimenta una serie de contracciones musculares y espasmos que causan una gran sensación de placer.
Primeramente, experimentamos la fase de excitación, que es la respuesta sexual en la que se producen la excitación y la lubricación. Si la respuesta sexual continúa, aparece la fase de meseta, donde se incrementan los cambios de excitación producidos en la fase anterior. Si avanzamos, alcanzamos la fase de orgasmo, con la máxima actividad fisiológica y de placer, que solamente dura unos segundos. Y, finalmente, se llega a la fase de resolución, donde volvemos a nuestra normalidad física y psíquica.
Entonces, el multiorgasmo es…
Como su propio nombre indica, es la capacidad de experimentar varios orgasmos en una misma relación sexual. En general, es algo que se da más en mujeres que en hombres. Sin embargo, estos últimos también pueden vivirlo, aunque en menor medida.
En este sentido, cuando se es capaz de experimentar el multiorgasmo, los diferentes orgasmos que se van sucediendo en la relación sexual son cada uno mayor de intensidad que el anterior. Por lo tanto, el poder sentir este fenómeno resulta algo muchas veces inusual, extraordinario y placentero.
Se trata de un fenómeno que no todo el mundo puede experimentar o ha experimentado, por eso suele pensarse que no es del todo real.
¿Qué factores influyen en él?
Al alcanzar el clímax aparecen ciertas reacciones físicas en nuestro cuerpo, por lo que se suele pensar que el origen del orgasmo es algo físico.
Sin embargo, se trata de algo más bien mental, es decir, quién lleva el timón es la mente, ya que es ella la que decide cómo interpretar lo que vivimos y sentimos. Además, depende de lo mental que nuestro cuerpo active o no los sistemas necesarios para que el orgasmo se dispare. Por lo tanto, se trata de algo que vemos en el cuerpo, pero que tiene su origen en la mente.
Sin embargo, esto no quiere decir que para conseguir el multiorgasmo baste con pensarlo o concentrarse en ello. De hecho, cuánto más se obsesione una persona y se concentre en conseguirlo, menos posibilidades tendrá de lograrlo.
Es importante que la mente esté predispuesta a ello, pero sin forzarlo, ya que puede ser contraproducente y generar frustración cuando no se consigue.
Además, existen otros factores que influyen a la hora de lograr un multiorgasmo. Son determinantes la experiencia sexual y el conocimiento que se tenga del propio cuerpo, de aquello que provoca deseo y placer y de aquello que no. Asimismo, la correcta estimulación y una buena y fluida comunicación sexual con la pareja también favorecerán las posibilidades de tener multiorgasmos.
Sin embargo, y a pesar de todo, es importante recalcar que no existen unas pautas ni una guía a seguir que garanticen el hecho de alcanzar el multiorgasmo, aunque teniendo en cuenta los factores mencionados es posible acercarse un poco más a él.
Otros tipos de orgasmos en la mujer
Se ha demostrado que la mujer puede llegar a experimentar diferentes tipos de orgasmos según qué partes de su cuerpo son estimuladas. Los más comunes son el clitoriano y el vaginal, y se pueden dar los dos a la vez. Pero además existen diferentes puntos como el G, el A o el U que, cuando son estimulados correctamente, también permiten a la mujer llegar al clímax. Incluso existe la posibilidad de poder vivir los orgasmos de forma mental: mediante masajes, caricias en la piel o en los pechos, etc.
Cada persona experimenta y vive su sexualidad de una forma diferente al resto. No existen unas normas que establezcan la forma de tener una vida sexual plena, pero sí unos aspectos que nos ayudan y sirven como base para poder alcanzarla. Lo principal es tener una buena autoestima, querernos y aceptarnos como somos, estar seguros de nosotros mismos y practicar el autoconocimiento. Ese es el inicio del camino que nos llevará a vivir una sexualidad plena y de calidad.
Autor: Equipo Clínico Instituto Madrid de Sexología
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